CATALINA CALLE

Declaración de artista

Arte poética

 

Crear y creer, además de ser palabras casi homófonas, tienen un alma compartida: ambas requieren el empleo constante de la fe, esa fuerza no mensurable que es capaz de desplazar cordilleras. Así, el acto creativo siempre es un acto de fe, cuya materialización (cualquiera sea su lenguaje y soporte) no implica un ánimo utilitario. Pienso que de ello se desprende la famosa crisis de las artes, en la acotación de lo sensible al territorio de lo económico, de lo egoísta, en la monetización de la emoción y de la imaginación.

 

La fe, más bien, es una energía prospectiva: se proyecta más allá de las posibilidades del "ahora", fabrica mundos. Acaso sea por eso que ver la obra terminada supera de manera anímica la obtención de objetos de deseo o de consumo, y quizá también a eso se deba la mercantilización del arte, como si se pudiera potenciar su apreciación mediante las dinámicas económicas. Pero, de manera evidente, es por eso que se ha perdido la capacidad receptiva de la estética en los perceptores, porque la mencionada dinámica favorece la infiltración de imposturas, de obras cuyo valor no ha sido justipreciado por el tamiz del tiempo.

 

Por eso, escribir es buscar un sentido, aceptar lo que se revela en el espíritu. Crear es una exploración interior, cuya manifestación se da entre los sofismas del exterior, y que se diferencia de ellos en la extrañeza y la singularidad, esa que se ha disuelto en la cultura de masas. En este sentido, la labor creativa es también una búsqueda de lo humano, vagamente definido en facultades biológicas, en la fenomenología, pero que se expande a campos inexplorados, inefables. La creación literaria abre portales a lugares inesperados y nuevos, crea mundos desconocidos (auténticos para la imagiación), y lo hace a través de las palabras; estas, siempre metáforas, siempre invocaciones, modelan el universo.

 

De esta forma, un escritor es un explorador, un colonizador, no solo de la experiencia ajena a través de los libros, sino de su propia alma en ejercicio consciente que vincula lo emocional, lo imaginario y lo racional. Es probable que, al alentar el autoconocimiento mediante el acto creativo que revela lo que persiste en el interior, en el arte de vivir (que convierte la vida en arte), aquello a lo que Aristóteles asoció con la ética y la virtud, sea posible hallar la realización, la plenitud.

 

Ese autoconocimiento permite que toda pieza sea un producto anímico, psíquico, cuya vinculación con el otro se establece en un nivel simbólico. Por eso, se podría pensar que producir con miras a una respuesta favorable de la crítica o de los perceptores otorga ese carácter utilitario a la obra, que debe ser un resultado de la liberalidad. Probablemente sea este, en escencia, el hecho que me conduce a escribir, la indagación acerca de mí en el reflejo del otro. Lo que me obliga a escribir es la fe de encontrar una respuesta íntima a la pregunta existencial.

 

Particularmente, pienso que la escritura es —o debe ser— un ejercicio demiúrgico y, de nuevo, liberal, quizá una de las pocas cosas que no se sujetan (salvo por las reglas propias de la forma) a la subordinación de la conciencia. La expectativa de recepción ajena es tan tendenciosa como el encariñamiento con la obra. Si bien hay una satisfacción, esta debe ser posterior al proceso, no simultánea. Tal como expresa J.L. Díaz-Granados en su poética (2014): "Leer es acercarse al paraíso; escribir, al infierno (pero a un infierno exquisito)" (p. 79). Aparte del gusto, la escritura es un proceso distinto a la lectura en la procura de un placer mayor, porque escribir es una purga de la neurosis, rasgo que responde a mecanismos de inhibición; es un ejercicio reflexivo y auto reflexivo, catártico. De acuerdo con Barthes (1974): "Todo escritor dirá entonces: loco no puedo, sano no querría, sólo soy siendo neurótico" (p. 14). Esa peculiaridad, tan abordada objetivamnete por las ciencias del comportamiento, es una condición anímica, del ser, misma que me impele a escribir.

 

Este desprendimiento o desapego creativo exige el despojo de los principios, de las ideologías. Es una renuncia a la expectativa y al apego, a elementos del pasado y del futuro que tienden a amarrar la obra. Las creencias arraigadas impiden el tránsito libre entre posibilidades, y un buen escritor debe aprender a discernir aquellos determinismos que frustan la creación. Es cierto que la experiencia juega un papel importante, pero, al escribir, no se es hombre, mujer, militante de izquierda o derecha, hereje o creyente; solo se es un medium que recibe un mensaje desde lo profundo del mar común, de lo arquetípico.

 

En armonía con lo anterior dicho, la función del artista es sentar una postura esencial, sincera, de aquello que relata, sin convenciones y arraigos. Estoy convencida que ciertos bagajes vuelven vulnerable al escritor, incapaz de impugnar sus propios afectos. Un escritor debe tener la inclinación de un actor –o de un psicólogo–, capaz de desdoblarse para comprender al otro que es un yo circunsatancial. Considero que en mi trabajo el ser femenino siempre es una evocación, no se presenta, se omite. Quizá porque yo, mujer, tiendo a ser como el faro que se apaga al amanecer, que para el caso es ese momento en el que rebusco en la raíz de la experiencia aquello que es común a todos.

 

Es por eso que se habla de la soledad del escritor, de su necesario aislamiento. Sin embargo, es obligatoria la empatía y la observación. Todas las historias reposan en la mente, pero es necesario el estímulo exterior, ya que los textos tienen un cometido social. Aunque, como se mencionó más adelante, la comercialización de la emoción disolvió en buena mendida la recepción estética, y condujo a la apropiación de un término exclusivo del diseño publicitario (como una de las principales herramientas del márquetin): el concepto, el lector debe terminar toda obra. Si bien hay márgenes hermenéuticos, considero que las obras son polisémicas, se expanden en el imaginario colectivo. La literatura es plástica, materia que puede ser transformada.

 

A mi modo de ver, esa soledad implica, en ocasiones, aislarse de la lectura. Vuelve y juega: el otro es habitande del yo en la psique, tal y como uno puede ser cualquier personaje literario en el viejo manuscrito de un anaquel olvidado. No es en la lectura profusa de textos ajenos donde se encuentra la voz propia, contrario a lo que piensan los académicos y teóricos, sino en lo profundo del ser. Contraria es la “ingeniería inversa” de textos canónicos o de referentes (algo que se encuentra con frecuencia), pues creo de forma devota en el crear. Quiero decir con esto que los dechados, modelos de la escritura, pueden nutrir las ideas, o silenciar una voz particular, sobre todo si no hay un carácter crítico (criterio), si todo vale (y vuelvo de nuevo a los simulacros del arte en la actualidad, en la Postmodernidad).

 

Todas estas ideas (y estados) están plasmadas en lo que escribo. Tal vez ese sea el motivo por el cual, a estas alturas, no he publicado casi nada. Me he dado el lujo de buscar el sentido, de deambular por los corredores de la imaginación sin directrices, como una huésped perdida. Por eso, además, mis cuentos rayan en lo inverosimil, sin exigirles credibilidad.  Ellos se van proyectando como figuras de ectoplasma, ante mi propia fascinación. Sin esa capacidad de maravillarse, no se puede crear, porque esta es la inmortalización de una acción infantil, y es la niñez el período más sublime y absoluto del ser humano.

 

Nåufraga

Perdida en el limbo de la memoria,

archipiélagos del tiempo, de los golpes. Piedras flotantes,

supuestos de la base, del arraigo.

 

Sostenida en el hilo de un globo humilde, volátil,

tomar las riendas del viento.

Ese es el soporte.

 

Sonriendo como idiota,

aunque no quiero, esclava dócil de mi torpeza.

¿O hay lugar para el capricho en el abandono de una isla?

 

Morir ahogada o morir de hambre

Porque yo soy el viaje, el mar y el puerto.

Ese es el lema.

 

 

 

 

Referencias

 

Universidad Extrenado de Colombia. (2014). Poética de los poetas. Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia.

 

Barthes. R. (1993). El placer del texto. Siglo Veintiuno Editores. https://docs.google.com/file/d/0B7IDIto5bCUubHFKZUEtREJwc2s/edit?pli=1&resourcekey=0-Fah30RDJEBEDrLHmAEfOmA

ESTUDIOS

Máster en Teoría y Práctica del Documental Creativo (julio de 2008). Universidad Autónoma de Barcelona

Maestra en Artes Plásticas (diciembre de 2013). Fundación Universitaria Bellas Artes Medellín 

Profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas (enero de 2003). Universidad de Medellín 

Tecnóloga en Gestión y Producción Creativa para las Prácticas Visuales (julio de 2010). Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango

EXPOSICIONES

Exposiciones Individuales

“In the box”. Escuela de Ingeniería de Antioquia. Abril 2013.
“La publicidad y el consumo Vs. La producción artística”, Institución Universitaria Ceipa: Sabaneta, Septiembre 25 a Octubre 24 de 2007.
“Impresiones”, Centro Cívico Can Basté, Nou Barris: Barcelona, julio 3- agosto 3 de 2008.
“Fábulas”. Galería El Mexicano, El Retiro, Antioquia, 5 de diciembre de 2015- 4 de enero de 2016. 

Exposiciones Colectivas

Fundación Éxito (Exposición colectiva), Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango. 
“Obra Abierta, diez años de la Escuela Superior tecnológica de Artes Débora Arango”, homenaje a la Maestra Débora Arango Pérez en su cumpleaños. 2005.
Estudiantes destacados de la Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango. Hall de la Alcaldía Municipal de Envigado. 2003.
Estudiantes destacados de la Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango. 2004. 
“Octavo salón de artes Visuales XXXIII Semana de la Cultura de Sahagún, Córdoba. Escuela Superior Tecnológica de Artes Débora Arango. 2004. 
Casa de la Cultura de Envigado, 2004.
Cámara de Comercio de Envigado. 2004 
Centro de Convenciones Aves María, Sabaneta 2009.
Segunda Bienal de Artes Plásticas, Comfenalco 2009. Obra “Punto, cadeneta y llanto” (video animación). Casa Museo Pedro Nel Gómez.
Exposición colectiva “15 nombres”. Sala de exposiciones Eladio Vélez de la Fundación Universitaria Bellas Artes, Medellín, 2013. 
Exposición colectiva “Adentro Afuera Adentro”. Sala de exposiciones Eladio Vélez de la Fundación Universitaria Bellas Artes, Medellín, septiembre-octubre de 2013.
Exposición colectiva “Deriva”. Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, sede centro, noviembre-diciembre de 2013. 

PUBLICACIONES

Calle-Arango, C. Comunicación e instrumentalización: consideraciones y aportes a la comunicación y relaciones corporativas-Reflexión. Revista Soluciones de Postgrado EIA, N. 8. p. 149-158. Medellín, enero-junio de 2012. Disponible en: http://repository.eia.edu.co/revistas/index.php/SDP/article/ view/359/352 
Calle-Arango, C. Soportes discursivos del paradigma de la productividad. Revista Soluciones de Postgrado EIA, N. 9. p. 167-176. Medellín, julio- diciembre de 2012. Disponible en: http://repository.eia.edu.co/revistas/ index.php/SDP/article/view/368/361 
Calle-Arango, C y retos de laescritura en una sociedad bibiofóbica. Revista Soluciones de Postgrado EIA, N. 6(12). p. 109-117. Medellín, julio- diciembre de 2012.
Calle-Arango, C. Imagen mórbida durante el Barroco y su perpetuación en el Neobarroco Posmoderno. Revista Progresivo, Fundación Universitaria Bellas Artes. N. 25 p. 70-75. 2013. 
Calle-Arango, C. Just what is it that makes today’s homes so different so appealing? Revista Progresivo, Fundación Universitaria Bellas Artes. N. 26 p. 2-7. 2013.
Catalina Calle Arango (2016). La prédica laboral, propaganda y paradigma productivo. ISBN-13: 978-3-639-48516-5. Número de páginas: 76. Publicado en: 29.06.2016. EAE.

Cuentos

 

Red de Escritura Creativa - RELATA. Antología Relata 2017 crónica, cuento, novela, dramaturgia, poesía y opinión: La Herencia